El reciente encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par de Rusia, Vladimir Putin, en Alaska, fue calificado como «histórico» por su potencial para redefinir el futuro de la guerra en Ucrania. Sin embargo, la cumbre no resultó en un acuerdo de paz ni en un alto el fuego, dejando un panorama incierto.
Alaska, un simbolismo claro
Celebrar la cumbre en Alaska podría ser leído como un triunfo simbólico para el líder ruso, pues puso fin a su aislamiento internacional. La elección de la base militar Elmendorf-Richardson como sede no fue aleatoria. Según BBC Mundo, la ubicación en Alaska, que fue un territorio ruso vendido a Estados Unidos, tiene una carga simbólica que Moscú utiliza para justificar su intento de cambiar fronteras por la fuerza.
Además del simbolismo histórico, la elección de este lugar tuvo motivos prácticos: según BBC Mundo, está a solo 90 kilómetros de Rusia en su punto más cercano, lo que permitió a Putin viajar sin necesidad de sobrevolar naciones consideradas «hostiles». Al mismo tiempo, al estar lejos de Ucrania y Europa, la cumbre le sirvió a Putin para marginar a los líderes de Kiev y la Unión Europea y negociar directamente con Washington, lo que se ajusta a su estrategia de no reconocimiento de Ucrania.
Las posturas de los líderes: avances con cautela
Tal como lo recuerda El Comercio, tanto Donald Trump como Vladimir Putin expresaron optimismo, aunque con matices. Trump señaló que existió «una buena posibilidad» de llegar a un acuerdo, aunque enfatizó que «no hay un acuerdo hasta que haya un acuerdo». Su principal objetivo, según BBC Mundo, era «detener la matanza» en Ucrania, un fin para el que consideró que un cese al fuego podría ser un buen primer paso, aunque reconoció que «no siempre se sostienen». Trump también afirmó que si él hubiera sido presidente en ese momento, la guerra «nunca habría ocurrido», una declaración que fue respaldada por Putin. El líder ruso, por su parte, insistió en que un acuerdo de paz debe tener en cuenta las garantías de seguridad para Rusia.
Ucrania y el mundo en la expectativa
El encuentro se llevó a cabo sin la participación de Ucrania. La ausencia del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, generó preocupación entre los líderes de la OTAN y la Unión Europea, quienes temen que una negociación bilateral pueda perjudicar los intereses de Kiev.
La exclusión de Ucrania de la mesa de negociaciones es un tema de gran preocupación. Pese a esto, Trump manifestó que se pondría en contacto con Zelensky para informarle de los avances de la cumbre. La falta de un acuerdo definitivo mantiene la incertidumbre sobre los próximos pasos, aunque el propio Putin extendió una invitación a Trump para un futuro encuentro en Moscú.
Zelensky busca «garantías de seguridad confiables» en la Casa Blanca
Tras la cumbre de Alaska, Zelensky viajó a la Casa Blanca para una reunión con Donald Trump. Según reportes de RTVE y La Vanguardia, el presidente ucraniano fue acompañado por líderes europeos como Ursula von der Leyen y Emmanuel Macron, en lo que se considera un esfuerzo conjunto para encontrar una salida diplomática al conflicto. Durante su encuentro, Zelensky pidió «garantías de seguridad confiables» y prácticas para su país, que incluyan protección en tierra, aire y mar, y que se desarrollen con la participación de Europa.
El líder ucraniano enfatizó que Rusia no debe ser «recompensada por su participación en esta guerra».